Catorce hurones y una mangosta viven en un refugio de Novosibirsk, creado especialmente para estos animales por un residente de la ciudad, según la prensa local.
La propietaria Elena Zhuravleva creó un refugio específicamente para hurones, porque estos animales a menudo son presa de la frivolidad y crueldad de las personas que dan a luz a los animales y luego los arrojan a la calle.
Según Elena, "los hurones son depredadores que necesitan cuidados y nutrición adecuados". Y esto, según la anfitriona del refugio, no es un placer barato: solo el tratamiento de un hurón enfermo puede costar decenas de miles de rublos.
Todos los animales en su refugio fueron comprados por los antiguos dueños y luego terminaron en la calle, después de que no estaban listos para tener hurones.