Parece que para cualquier residente de verano no hay nada más fácil que cultivar rábanos en el jardín. Pero incluso este tubérculo sin pretensiones puede molestarlo con una mala cosecha de frutas pequeñas y sin sabor, si comete estos errores al cuidarlo.
Explosión de rábano
A menudo sucede que el rábano se agrieta, esto se debe a un riego irregular. Este tubérculo ama el suelo húmedo. Riéguelo con frecuencia y abundantemente.
La falta de humedad perjudica la calidad de la fruta. Pero es necesario evitar el estancamiento del líquido. Si inunda una cama de jardín después de unos días de sequía, los rábanos estallarán.
Aparecen grietas debido a la repentina aceleración del crecimiento fetal. Para evitar que esto suceda, riegue las camas con moderación después de un período seco. Otra razón para el agrietamiento es que la verdura ha estado en el suelo durante demasiado tiempo. Cosecha a tiempo.
Cultivos de raíces mal formados
El problema con la formación de tubérculos ocurre en climas cálidos a + 25 ° C y más. Entonces, solo las copas crecen intensamente y la parte subterránea de la planta permanece pequeña. Cuando la temperatura del aire aumenta, comienza a florecer y a plantar semillas.
El rábano es una planta que prefiere las horas de luz diurnas cortas y el clima fresco. La duración óptima del día para él es de 10 a 12 horas. El calentamiento conduce al hecho de que la planta comienza a lanzar flechas, que gasta toda su fuerza.
Al mismo tiempo, los cultivos de raíces son pequeños e insípidos. El sombreado ayudará a resolver este problema. Tome un paño grueso y cubra las camas todas las noches, y por la mañana límpielo a una hora determinada. Esto ayudará a reducir la exposición al sol.
También puede plantar solo variedades que no tienden a disparar flechas. Los fabricantes suelen indicar esta característica en el paquete de semillas.
Rábano duro y seco
Para que los rábanos tengan una estructura densa y un sabor delicado, necesitan crecer rápidamente. Si no hay clima fresco y suficiente riego, las frutas se vuelven duras y secas, y aparece amargura en el sabor.
La planta pertenece a cultivos amantes de la humedad. El suelo de las camas siempre debe permanecer ligeramente húmedo. Luego, las verduras se vuelven jugosas y sabrosas. La frecuencia recomendada de riego es dos veces al día, por la mañana y por la noche. Cuando llueve, el riego se reduce a una vez.
Si es posible, instale un sistema de riego por goteo. Ayudará a retener la humedad y el acolchado del suelo. Use paja o césped cortado para esto.