Al decorar su hogar con plantas de interior, no todo el mundo piensa en los beneficios que aportan. Mientras tanto, algunas flores de la casa pueden curar a sus dueños de diversas enfermedades.
Limón
No solo las frutas, sino también las flores y las hojas de limón son ricas en aceites esenciales. Incluso una pequeña concentración de esta sustancia en el aire reduce rápida y eficazmente la presión arterial.
El aroma de la vegetación imparte una sensación de vigor, mejora el rendimiento mental. Al mismo tiempo, tiene un efecto positivo sobre la amplitud de las biocorrientes cerebrales.
Esto lleva al hecho de que las plantas de cítricos se vuelven deseables en todos los hogares, incluso sin la posibilidad de fructificar. En los últimos años, la variedad de plantaciones útiles que han migrado a los alféizares de las ventanas de los apartamentos se ha expandido significativamente.
Además de las habituales naranjas, limones y pomelos, la gente empezó a adquirir otras más exóticas. Entre ellos: cidras, calamandinas, naranjas y murrayas.
Mirto común
En la práctica ayurvédica moderna, el mirto común se reconoce legítimamente como una poderosa fuente de fitoncidas. En otras palabras, en la habitación donde se encuentra esta planta domesticada, la cantidad de diversos microorganismos dañinos en el aire se reduce significativamente.
Al mismo tiempo, el propietario de este sanador verde aumenta la resistencia del cuerpo a las enfermedades respiratorias agudas. Y también las sustancias volátiles biológicamente activas del mirto tienen un efecto beneficioso sobre la actividad cardíaca.
Geranio
El geranio perfumado estándar, sorprendentemente, tiene un aroma a limón. Su excesiva especificidad se debe a la presencia de un alto nivel de fitoncidas en la flor. Son ellos los que determinan las propiedades beneficiosas de esta planta.
Aquellos que cultivan geranios en el alféizar de su ventana se benefician en su forma pura. Después de todo, las sustancias olorosas del pelargonio alivian la fatiga, la irritabilidad y normalizan el sueño.
Una planta sana puede aliviar la ansiedad, ayuda a hacer frente a la fatiga crónica, enfermedades del sistema nervioso. Para el insomnio, se recomienda rellenar la almohada con hojas de geranio secas para eliminar la causa y los síntomas del trastorno.
Hibisco
Rosa china, flor de la muerte: todos estos nombres poéticos y a veces aterradores pertenecen a una planta sin pretensiones: el hibisco. Los beneficios de esta planta se esconden en su composición química. De hecho, contiene grandes cantidades de flavonoides, fitoesteroles y otras sustancias biológicas activas.
Los pétalos de hibisco se han utilizado durante mucho tiempo para hacer el famoso té de hibisco. Los científicos han demostrado los beneficios de esta bebida para la inmunidad: ayuda a fortalecerla y a aumentar las propiedades protectoras del cuerpo. Además, la planta tiene efectos antibacterianos y antimicrobianos. Su presencia en la habitación reduce significativamente la actividad de bacterias patógenas.
Cissus
Otro favorito de las prácticas ayurvédicas es el cissus cuadrangular. Esta planta de interior tiene propiedades antibacterianas, antifúngicas, antioxidantes y antiinflamatorias. Gracias a esto, se ha generalizado y reconocido en la homeopatía y la medicina tradicional.
Cissus cuadrangular tiene propiedades tónicas y analgésicas. Sin embargo, su principal efecto terapéutico es diferente. Esta planta es capaz de acelerar significativamente los procesos de regeneración del tejido óseo, tendones y cartílagos.
También es un inmunomodulador natural. Cissus puede aumentar el tono y la fuerza interna del cuerpo. Debido a estas propiedades, a menudo se usa como bebida energética.
Ficus
Ficus es legítimamente reconocido como una de las mejores plantas de interior. Tiene una poderosa capacidad para limpiar el aire interior de diversas impurezas dañinas y saturarlo con oxígeno.
Esta planta elimina eficazmente las toxinas del medio ambiente, como el benceno, el fenol y el formaldehído, que suelen emitir los muebles hechos con materiales a base de madera. Y esta flor sin pretensiones, como un imán, atrae el polvo que flota en la habitación.